Hace unos meses se hacía público el cambio de nombre de la pasarela, Mercedes-Benz se desvinculaba absolutamente tras cinco años de relación, recibiendo la pasarela el nombre de New York Fashion Week. ¿La novedad? Marc Jacobs, Victoria Beckham o Diane Von Furstenberg no volverán a desfilar en el centro de artes escénicas Lincoln Center. La pasarela se muda del Upper West Side al Downtown neoyorquino, lo más probable es que en Skylight en Moynihan Station y en Skylight Clarkson Squeare con Washington Street. Un lugar perfectamente acomodado para celebrar desfiles, es más, firmas como Rag&Bone y Prabal Gurung ya lo han hecho en alguna ocasión.
El Ayuntamiento de Nueva York no ha renovado el contrato con IMG, empresa organizadora del evento, debido a los daños medioambientales que se producen en Damrosch Park durante esas fechas y quizá a la pérdida de su patrocinador. Además cada vez son más los diseñadores que escogen presentar sus colecciones fuera del calendario oficial, en lugares más creativos y novedosos.
Por otro lado se habla de la enorme repercusión que está alcanzando MADE Fashion Week, una pasarela mucho más independiente y joven en la que participan nuevos creadores. Muchas facilidades para las agujas más jóvenes y, últimamente, mayor repercusión en el mundo de la moda. Jeremy Scott es uno de los ejemplos más mediáticos que prefieren MADE Fashion Week a New York Fashion Week.
Parece que no se trata de una mudanza por decisión propia y que además de una localización nueva, también necesitan refrescar un poco el concepto de Semana de la Moda. El business ha cambiado, la moda se ha democratizado, ya no es solo para privilegiados.
Los primeros desfiles de NYFW que se celebrarán en el nuevo espacio serán los de moda masculina, del 13 al 16 de julio. Habrá que esperar para comprobar las consecuencias de dichos cambios.
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