La muselina recrea un efecto de lencería fina. El encaje se ciñe al cuerpo seductoramente para destacar la belleza de las modelos. El diseñador emplea detalles exhuberantes, como plumas de avestruces, para crear los trajes. También los volantes que se "retuercen" en una mueca muy original.
El desfile nos recordó a un suntuoso ballet donde el blanco y el negro son indispensables. Pero también el azul y el morado más enégicos, plagados de brillos.
Nos encantó el vestido morado de noche, palabra de honor con lentejuelas y grandes vuelos. Ideal para una ocasión especial...
P.M-M.
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