Allí se fraguó de forma clandestina una biblioteca cuidada por una joven judía de 14 años, que arriesgó su propia vida para que los niños pudieran tener una educación. Su autor, Antonio G. Iturbe, ha realizado una amplia labor de documentación entre Polonia, República Checa e Israel para poder dar veracidad a su historia.
Así, cuenta con el relato de aquella joven bibliotecaria de Auschwitz, de ahora 82 años, que actualmente vive en Israel y a la que Iturbe dedica la novela. Entre los libros que formaban esta minúscula biblioteca se encontraban un Atlas, un libro de historia universal o El conde de Montecristo. Porque aunque en aquel momento donde la preocupación por sobrevivir debía ser la mayor prioridad, parece que cultivar el intelecto y la imaginación era la única forma de escapar hacia la libertad.
Puede interesarte...
LETTER