Las ensaladas permiten hacer las composiciones más atrevidas para la comida. Están llenas de vitamina C, de proteínas y de féculas, y constituyen por sí solas verdaderos platos fuertes indispensables a mitad de la jornada. Por ello, saca tus ingredientes más básicos de la despensa, recorre los pasillos del mercado...
¿El resto? Sólo es imaginación. Sigue la guía y tus propias preferencias.
¿Qué ingrediente utilizo como base para mis ensaladas de mediodía?
Para componer una ensalada a la hora de la comida selecciona un ingrediente de base que sirva de soporte a la mezcla.
¿Cuál?
Tipo "ensaladas"
Escoge una especie, un sabor y una textura adaptados a tu gusto entre las siguientes variedades: lechuga tipo batavia, berro, endibia, lechuga hoja de roble, lechuga francesa, lechuga tipo trocadero, escarola y rúcola, la que te vuelva más loca. Pero, ¡cuidado, no por ello limites el resto de ingredientes! No porque se llame “ensalada” tu plato se tiene que limitar a una sola variedad de lechuga que dé nombre a la misma.
Los cereales
El arroz, el burgol, la quínoa, la escanda, la pasta o la sémola constituyen unos excelentes ingredientes de base para elaborar tu ensalada. Elige, preferentemente, pasta o arroz “completos” con el fin de optimizar su aporte de fibra. Acuérdate de la ensalada de arroz o de cuscús.
Las legumbres
Las lentejas, los garbanzos o las habas son igualmente sabrosas en las ensaladas acompañadas de bacon, tomatitos o cualquier otra verdura de temporada.
¡Ensaladas, sí, pero de temporada!
En el mes de agosto los tomates están rojos, en su punto, llenos de sabor y de vitamina C. Aprovéchalos para echarlos en tus ensaladas variadas. Lo mismo para las frutas y verduras de temporada. Los melocotones, los melones e incluso los albaricoques dan un sabor agridulce. Y sea cual sea, sigue esta regla de oro: da prioridad a los ingredientes frescos y de calidad que podrán extraer el máximo sabor a la ensalada.
La mezcla perfecta para tus ensaladas
¡Es inútil hacer el inventario de tu nevera en tu plato! Piensa un poco antes de combinar los sabores. Las endibias van perfectamente con las nueces mientras que el pollo hace una buena mezcla con el sabor exótico de la piña. En cuanto a los brotes de soja adquieren cierto tono gracias al sutil sabor de las hojas de coriandre, ponlos por encima antes de mezclara con el resto de ingredientes.
¿Qué vinagreta para mi ensalada?
Caben muchos ingredientes en la composición de tu vinagreta.
Según tus gustos elegirás un aliño: de Jerez, balsámico, de frambuesa, un aceite neutro (de girasol o de colza) o uno aromatizado (de oliva, de nuez o de avellana). ¿La vinagreta clásica? Mezcla 6 cucharadas soperas de aceite con 3 de vinagre y 1 de mostaza. Para aligerarlo, córtala con agua o zumo de limón. También puedes añadir hierbas aromáticas o especias como complemento. En cualquier caso, prepárala con tiempo y guárdala en un recipiente hermético. ¡Aliña tu ensalada en el último momento!
Un completo de sabores para ensaladas divertidas
¿Una presentación cuidada y original? ¿Haz aún más tentadoras tus ensaladas? Rápido, coge albahaca, cebolleta y menta y espolvoréalas sobre tus composiciones. Paprika, curry y comino en polvo dan un toque de color en el plato. Las semillas (tornasol, sésamo, semillas de adormidera) aportan un plus crujiente y su versión “germinada”, un poquito ácida. Finalmente, añade trozos de kiwi, de cítricos y de mango para darle una presencia llamativa y presenta tus ensaladas en tarrinas o en cáscaras de melón vacías.
¿Qué ensalada cocinar?
Es el momento de probar las mezclas de roquefort y nueces, manzana y pasas, pepino y melocotón, hinojo y pera o rape y naranja. ¡Una ensalada de pollo, de aguacate y albahaca te permitirá estar repleta de energía! Las ensaladas de pasta con avellanas o calabacín e incluso las ensaladas de arroz son ideales para cuando tengas un hambre canina. Las patatas pegan con el pepino y la menta. ¿Necesitas evadirte? Prueba todas las posibles combinaciones a base de pollo (piñas, cítricos) o de brotes de soja y coriandre. Y, por supuesto, no te resistas a la tentación de una ensalada tradicional de queso de cabra caliente o una ensalada César a base de brotes tiernos de espinaca, picatostes y queso de cabra caliente. A finales de verano, junta higos frescos y jamón serrano. ¿Y en otoño? Rúcola y setas, ¡pues claro!
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Y recuerda, si eres fan de las ensaladas a la hora de comer, ven corriendo a probar todas nuestras recetas.