Breve historia del croque-monsieur...
Según la leyenda, el croque monsieur se habría servido por primera vez en un café parisino del bulevar de los Capuchinos. Aparece por primera vez en la literatura gracias a la pluma de Marcel Proust en A la sombra de las muchachas en flor: “Nos detuvimos, mi abuela y yo, para intercambiar unas palabras con la señora de Villeparisis que nos anunciaba que había reservado “croque-monsieurs” y “huevos a la crema” para nosotros en el hotel”.
Tradicionalmente, el “croque” es un sándwich hecho con jamón y queso (comté o emmental), todo metido entre dos rebanadas de pan de molde cocinado en la sartén o en el horno.
¿Por qué “croque-monsieur”?
Si bien no existe ninguna explicación válida a día de hoy, parece que la palabra “croque” designa tostadas mojadas en huevo. Los primeros fueron servidos en los cafés parisinos por petición de los clientes. El malentendido vendría de los camareros que añadirían “Monsieur” al final de cada frase.
¿Y, entonces, “madame”?
El croque-madame es una versión de croque-monsieur con un pequeño extra: está relleno con un huevo frito.
¿Lo sabías?
¡Existe incluso un croque-mademoiselle! Más ligero que sus abuelos (¿o sus padres?). También está compuesto de las tradicionales rebanadas de pan de molde pero en medio, se encuentra queso para gratinar, cebolleta, pepino y ensalada. Es una especie de croque-monsieur más ligero y vegetariano.
Las diferentes maneras de preparar un croque:
Croque en salsa:
¡No dudes en animar tus croques habituales con salsas tipo nata líquida o bechamel! ¡Nada dietético pero es muy goloso!
Croque montañés:
Adiós al emmental y al comté, déjate tentar por el reblochon y el Beaufort para acompañar tu pieza de charcutería montañesa preferida. Cuidado con la carne de grisón: es particularmente salada.
Croque del mar:
Fuera el jamón, adopta más bien una loncha de salmón ahumado con un poco de crema, todo sazonado de eneldo. Si deseas que el croque sea “madame”, opta esta vez por unas huevas de pescado como las de lumpo o salmón.
Croque a la italiana:
Pariente cercano al “Panino” italiano, sólo te hace falta sustituir el jamón york por jamón de Parma o el San Daniele y el emmental por la mozzarella.
Croque Ibérico
Como para el precedente, se trata de reemplazar los productos franceses por productos locales y ya está. Por ejemplo, ¡con serrano y manchego!
Croque dulce:
Con frutas de temporada y un poco de mantequilla. Fresas, kiwis, plátanos: deja que tu imaginación haga el resto.
¿Y el pan en todo esto?
Sí, hemos escuchado bien, el croque tradicional se hace con pan de molde, pero para gustos los colores, no hay que dudar en modificar los hábitos. Pan de molde completo, tortitas... ¡Déjate tentar!
Truco
Si prefieres mantener el pan de molde como base, no dudes en quitar los bordes de la rebanada. Muchos lo prefieren así y agradecerán este pequeño detalle tan simple.
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