Conforme van descubriendo sabores, colores, texturas, olores y formas van ampliando su círculo de alimentos preferidos dejando a otros muchos de lado bajo la etiqueta del “no me gusta”.
Su forma de percibir esos alimentos se basa en experiencias previas de primeras impresiones a base de recetas o momentos concretos. Sensaciones percibidas que no siempre se corresponden con la realidad
los trucos de toda la vida –como aquel de “que viene el avión”-, han dejado de funcionar y cada vez es más complicado conseguir que disfruten de una alimentación sana y equilibrada. Entonces, ¿qué podemos hacer?
Afortunadamente Internet ha llegado para solucionarnos –una vez más- la vida. Si no puedes con el enemigo, únete a el y haz que la comida le entre primero por los ojos para conseguir después que se la coman de forma voluntaria. Un poco de picaresca y una buena dosis de creatividad pueden ser más que suficientes para conseguir que su plato más odiado se convierta, con un poco de suerte, en uno de sus preferidos
No vamos a engañarte. Los niños no son tontos y saben identificar sabores, pero una buena dosis de enmascaramiento y algo de arte y diversión pueden ser el aliado perfecto de las mejores dietas. No hay nada que perder
LETTER
Puede interesarte:
Comedores escolares: ¿cómo es la alimentación de los niños en el cole?
Descubre cómo consiguió esta mamá que su hijo comiera verduras
Las 50 tartas de cumpleaños más divertidas de Instagram