Nos gusta cocinar, es un hecho. Somos foodies, de esas a los que no les importa experimentar con sabores, colores y formas cuando se sientan a la mesa. Por eso, de vez en cuando el salón de nuestra casa se convierte en un reservado en el restaurante de moda y nosotras, como chefs intrépidas, nos lanzamos a cocinar para esos invitados a los que les hemos prometido un menú 10. ¿Saldrá todo sobre ruedas? Por desgracia y por muy buena anfitriona que seas, es muy probable que algo falle (y lo sabes).
Por eso y porque los errores parecen menos graves cuando sabes que otras personas los comparten contigo, vamos a abrirte las puertas de nuestra cocina y hablar sin tapujos de algunos de esos momentos que, como en un bucle, se repiten cuando empezamos a cocinar.
1. Falta de planificación
¿Quién no ha planeado alguna vez una receta espectacular y se ha dado cuenta (a última hora, cómo no) de que en la última compra del supermercado se le había olvidado el ingrediente principal? A pesar de haber repasado la lista de la compra varias veces, siempre notamos una ausencia. Lo peor es que, por lo general, no se trata de ingredientes de los que podamos prescindir, sino alguno de los principales. Ya sabes, el don de la oportunidad.
2. Las inoportunas quemaduras
Y el don de la oportunidad lo tienen también esas quemaduras leves con aceite o escaldaduras con agua hirviendo sobre nuestra piel. Puede ser esa gota de aceite que te salta al darle la vuelta a la tempura japonesa que te has atrevido a preparar o el roce de la bandeja del horno cuando la empanada ya está lista. Y ya sabes lo que ocurre con las quemaduras: aunque sean pequeñas, siempre duelen y escuecen. Por eso, no olvides tener en tu botiquín casero un spray adecuado para tratarlas de forma efectiva y rápida y que, además, tenga capacidad antibacteriana.
3. La experimentación (extrema) con las recetas
Cuando nos sentimos capaces de todo y nos sentimos chefs premiadas con Estrellas Michelin, puede que estemos pecando de demasiado osadas, ¿no crees? Confiésate, ¿quién no ha decidido preparar una salsa innovadora para el pollo al horno intentando imitar la delicia que probó en un restaurante? ¿Quién no ha probado a cambiar ingredientes en una receta por la falta de planificación de la que ya hemos hablado? Sí, todas sabemos que esa valentía no siempre suele dejarnos con buen sabor de boca...
4. Venirte arriba con las cantidades
¡Qué difícil es calcular las raciones cuando invitas a gente a casa! Si estás acostumbrada a cocinar para ti sola o, como mucho para dos personas, cocinar para seis supondrá todo un reto para ti. Hay personas que tiene una capacidad envidiable para acertar con las cantidades pero otras, sin embargo, derrochamos o nos quedamos cortas por muchos trucos que leamos en Internet. Apúntate esto: arroz y pasta son dos productos de cálculo perfecto imposible.
5. No dejar de picar mientras cocinamos
Sí, esta es la peor de las tentaciones. Ponernos el delantal y lanzarnos a la aventura de cocinar implica pasar todo el proceso de cocinado picando de aquí y de allá. Cuando llega la hora de sentarnos a la mesa, ya estamos llenas de todo lo que hemos ido comiendo. ¿Nuestro consejo? Nunca empieces a cocinar con el estómago vacío. Verás como notas la diferencia.
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Y lo más importante, por muchos pequeños errores que cometamos durante el proceso, lo importante es que disfrutemos del momento de cocinar y, por supuesto, de esa cena en compañía de nuestros seres queridos. ¡Y que ninguno de estos pequeños traspiés vaya a acabar con esa gran chef que llevas dentro!