Pelucas naturales versus pelucas sintéticas
Existen dos tipos de peluca: las creadas con cabello natural y las de cabello sintético.
Las primeras son más flexibles, es decir, durante el tiempo que la llevemos (duran mucho más que las sintéticas) podremos alisarla, rizarla, teñirla e incluso cortarla. El único inconveniente es que el corte, mucho más caro que el de las sintéticas, implica un mantenimiento. No hay que utilizar champús especiales pero sí que hay que dedicarle un tiempo tras el lavado para devolverle su forma natural. Antes de secarla, péinala bien.
En cuanto a las sintéticas, de un tiempo a esta parte han sufrido una enorme evolución y ya no tienen nada que ver con las pelucas de antaño. Combinan la ligereza y facilidad de las fibras sintéticas con el realismo de las pelucas naturales. Hasta tal punto que a veces es difícil diferenciar unas de las otras. Son menos caras y simplemente tienes que elegir el color y el modelo entre los muchos que existen y colocártela. ¡Listo! Ahora bien, el principal inconveniente de este tipo de pelucas es que una vez la hayas elegido no hay más posibilidades en cuanto al peinado, pues no se pueden teñir ni colorear en el tiempo que nos dure (un año aproximadamente).
La elección de las pelucas
Ten en cuenta la materia, la textura, el color, el aspecto, la forma… Hay tantas que seguro que encuentras la que me mejor te queda. Sólo hay que evitar una cosa: las prisas, no hay que precipitarse ni estresarse. Elegir un modelo, un corte y un color que te siente bien lleva su tiempo. Así que tómatelo con calma y pruébate diferentes modelos antes de decidirte. No pierdas la oportunidad de poder elegir.
Elegir pelucas según las facciones del rostro
No todas las pelucas quedan bien en todos los rostros. A las facciones cuadradas, por ejemplo, les quedan estupendos los cabellos rizados o con mechones alrededor del rostro. Para las caras más redonditas o con forma de rombo son más adecuadas las pelucas que estrechen las mejillas. Y, por último, las pelucas con flequillo son más que recomendables para los rostros rectangulares o con forma de pera.
El cuidado de las pelucas
Éste no será el mismo para las sintéticas que para las de cabello natural. En cuanto a las primeras, hay que lavarlas con agua fría y champús especiales (nada de utilizar champús de uso diario, pues son demasiado agresivos). Añade una cucharada de bicarbonato en el agua si la peluca se ha impregnado de un olor especial (fritura, grasa, etc.). Tras el lavado sólo hay que secarla extendiéndola en una toalla o, incluso mejor, colocada sobre un maniquí.
El procedimiento es diferente en el caso de las pelucas naturales: cambia el agua fría por agua caliente, utiliza un champú especialmente suave y cierra el proceso con un brushing, de este modo la peluca recuperará su forma original.
Sea cual sea tu motivo para comprar una peluca, recuerda que las buenas pelucas son como el pelo de verdad, hay que seer cuidadoso con ellas y mimarlas a máximo, al fin y al cabo son una parte fundamental de nuestro cuerpo.
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