La aplicación del color en los salones de belleza ha estado siempre sometida a cambios. Todo comenzó con los tintes de los años 50. En aquella época no existían las mechas, los colores eran planos... Pero las mujeres buscaban algo diferente, y surgieron las mechas con gorro en los años 70. En los 90, las mechas con papel de plata desterrarían a ese incómodo gorro. Con el paso del tiempo, ese papel se ha versatilizado, así como su aplicación, pero nunca antes habíamos asistido a una fórmula tan novedosa como la de Color.id, que impide que los diferentes tonos aplicados sobre el cabello se mezclen entre sí.
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¿Cómo es posible? Color.id es un aditivo que se añade al color de WellaProfessionals, Illumina Color o Koleston Perfect, modificando su consistencia, pero no el resultado final. El peluquero integra parte de Color.id en el tinte y éste adquiere una textura más densa. A partir de ese momento, ya lo puede usar como quiera, y crear un color multitono con gran rapidez. Una aplicación muy placentera, tanto para el estilista como para la clienta.
Color.id crea una barrera flexible en el cabello, separando y conteniendo las diferentes secciones de color. “Esto se debe a que actúa sólo en la parte hidrofóbica del tinte, que es la que contiene ceras y acondicionadores, respetando la parte hidrofílica, que es donde se encuentran los pigmentos del color”, nos cuenta María Castán, experta en comunicación científica de Wella.
Este revolucionario ingrediente llega tras 5 años de investigaciones y funciona sólo con los colores permanentes de la firma. Incluso cuando los tonos se encuentran en contacto, el color no se altera. Color.id permite hasta 3 niveles de profundidad, concebidos más como una coloración multitono que una de grandes contrastes. De hecho, no se recomienda para tonos extremadamente diferentes como un rojo vibrante y un rubio.
Lorena Morlote, embajadora de este lanzamiento, nos cuenta que “eliminando el papel de plata, además de poder trabajar de forma más eficaz y sencilla con el color, las clientas se sienten muy cómodas. El ahorro de tiempo es importantísimo. Además, por fin podemos trabajar con las manos, de una forma más artística y artesanal, consiguiendo elevar la creatividad de los técnicos coloristas”
Sin duda, esta ha sido una de las mayores revoluciones en materia de color de los últimos tiempos. ¿Te animas a probarla? Te recomendamos el salón Oh my Cut! de Carranza, 6. Sus profesionales, a parte de ser unas expertas en la aplicación del color, te harán sentir como en casa.
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