Masticar bien los alimentos y hacerlo de forma tranquila y calmada cambiará tu vida. Parece un poco exagerado, pero piensa que si comes cinco veces al día, tienes cinco ocasiones de sentirte bien contigo misma. CADA DÍA. Eso son 35 veces por semana, 1050 por mes... ¿Ya estás más convencida? Ahora que llegan los atracones navideños, vamos a darte unas cuantas razones para que los abordes con cabeza y no con ansia... Y es que comer despacio es uno de los mejores consejos para una alimentación saludable que podemos darte, aunque no es el único...
¿Convencida de los beneficios de una alimentación equilibrada? Aquí tienes 7 beneficios de comer despacio que te harán ver la comida de forma totalmente diferente.
1. Te ayuda a adelgazar
Este será un motivo de gran peso para muchas personas y, la verdad, no tiene mucho misterio la explicación. Está demostrado que cuando comes despacio, masticando bien los alimentos, descubres tu verdadero índice de saciedad. Este nace del propio estómago y te indica cuándo tienes hambre y cuándo no. Si comes lentamente y escuchas tu cuerpo, sabrás cuándo tienes que parar.
Vas a descubrir que realmente no necesitas comerte todo el plato para llenarte ni que tienes la necesidad de pedirte más platos en un restaurante ni un menú XXL. Comerás menos y te sentirás más saciada. Y aquí las cuentas son claras: si introduces menos calorías en tu cuerpo, hay menos calorías que quemar cada día y, lógicamente, menos te costará adelgazar o mantener la línea.
2. Evitas malas digestiones
Otro gran punto a favor. Comer más despacio y sobre todo masticar más la comida hace que nuestro cuerpo tenga más tiempo para digerir los alimentos y haga menos trabajo en la digestión. Esto nos ayuda a evitar la hinchazón, la pesadez y los gases. Este último punto además se nota muy rápidamente, ya que cuando tragamos deprisa arrastramos aire al interior de nuestro organismo y eso provoca los temidos gases. Para eliminarlos puedes probar con algún complemento de simeticona o, como decimos, masticar mucho más los alimentos.
3. Descubres el verdadero sabor de los alimentos
Cuando masticas bien los alimentos descubres sus verdaderos matices. A veces nos dejamos llevar por el hambre que nos provoca la ansiedad y engullimos sin apenas apreciar el sabor. Si pruebas a comer despacio te darás cuenta del auténtico sabor de los alimentos, y es probable que te sorprendas descubriendo que en realidad te apetece más dar un bocado a algo saludable con un sabor y textura natural como los de esta galería que a un bollo industrial o una bolsa de chips que, al masticar bien, te darás cuenta de que son alimentos mucho más artificiales de lo que pensabas.
4. Te ayuda a ser más feliz
De esta forma, por fin nos liberamos de la ansiedad y el remordimiento que produce a algunos la comida. Ya no hay ansiedad porque comes tranquila, siendo consciente de tu propio cuerpo y de tus necesidades, sin comer más de la cuenta ni comer con la mirada. Y por tanto tampoco hay remordimiento por darse un atracón ultra calórico debido a la ansiedad o al hambre voraz que, en realidad, ni siquiera nace de nuestro estómago. Todo ello hará que te sientas más feliz y segura de ti misma, porque por fin sientes que controlas la comida y la comida no te controla a ti.
5. Te ayuda a ir al baño
Hacer que el estómago trabaje menos porque le envías la comida bien masticada provoca que hagas mejor la digestión y, por lo tanto, no solo se consigue evitar la pesadez y los gases, también hace que vayas mejor al baño ya que tu organismo tiene que trabajar menos para diluir la comida. ¿Y cuántas veces hay que masticar la comida? Los expertos recomiendan unas 20 veces por bocado. También viene muy bien para ir mejor al baño comer alimentos ricos en fibra. ¡Toma nota de estas sugerencias!
6. Te vuelves más sociable y tranquila
Al acostumbrarte a comer más despacio, cuando vayas a un restaurante o comas con amigos, no te sentirás irascible si la comida tarda en llegar o si tus acompañantes no quieren pedir postre y tampoco tendrás miedo de que sea insuficiente. Disfrutarás realmente de la compañía porque comer despacio te permite hablar entre bocado y bocado y estar menos pendiente de devorar tu plato y más pendiente de la comunicación y del contacto visual.
7. Tu bolsillo también lo nota
Y, por lo tanto, tanto en tu casa como cuando comas fuera, tu bolsillo lo notará. Evitarás pedir en un restaurante algún entrante o postre que no necesitas ingerir y, de la misma manera, comerás menos en casa. Es probable que lo que antes comías solo en la comida ahora te sirva para dos veces, por lo que el ahorro en tu cesta de la compra puede ser considerable. Eso sí, si sabes que vas a comer menos cantidad porque te sentirás saciada antes, no dejes de lado las frutas y verduras: come menos pero igual de variado.
Conclusión: cómo lograr comer más despacio
Vale, la teoría está clara: ¡todo parecen ventajas! Ahora bien, es difícil acostumbrarse a esto si toda la vida has comido de forma diferente. Nuestro consejo es que te propongas un plan de tres semanas. Está probado que 21 días es el tiempo necesario para adquirir un hábito e incorporarlo a tu vida para siempre. Por ello, nuestra idea es que al menos durante este tiempo comas siempre de forma consciente. Esto es, sin mirar la tele y procurando no entretenerte demasiado. Cuenta al menos hasta 20 con cada bocado que te metes en la boca. Una vez tomes la costumbre, ya lo harás de forma habitual y sin darte cuenta... ¡Seguro que nos lo agradeces!
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