Si a los mayores ya nos entran mil y una dudas a la hora de irnos a comprar unas gafas graduadas cuando nos toca cuidar la salud visual de los peques puede que nuestras dudas se multipliquen por dos. Las premisas de cualquier padre a la hora de comprar las primeras gafas graduadas a sus hijos es que sean bonitas, de calidad y resistentes al trote que le van a dar los peques de la casa. En cambio, si el niño ha tenido que llevar gafas desde bien pequeño debido a la etapa de crecimiento en la que se encuentran también te verás en la situación de tener que renovarlas cada cierto tiempo ya que su graduación puede ir variando, por ese motivo son muy importantes las revisiones.
¿Cuál es la periodicidad recomendada para las revisiones?
El inicio visual de los peques comienza desde su nacimiento y adquiere su máxima expresión a partir de los 4 años decreciendo hasta los 8 o 9. La visión ocular es uno de los indicativos que más influyen en el desarrollo integral de los niños ya que tenemos que cuidar su correcta evolución ocular. ¿Cuándo realizar la primera visita oftalmológica? Si partimos desde el nacimiento, corresponde al pediatra el realizar una primera exploración para descartar posibles patologías así como anomalías congénitas. Después, según los expertos, es recomendable realizar una primera revisión entre el primer año y los dos, y también se aconseja realizar controles anuales hasta los 7 y 8 años, periodo en el que finaliza el aprendizaje visual. Después, será el oftalmólogo quien determine cuándo es aconsejable realizar las próximas visitas.
¿Signos que pueden alertarnos?
Si el niño tiene un desarrollo visual normal no tenemos por qué alertarnos pero si vemos que comienzan a hacer gestos raros o descubrimos anomalías en sus ojos debemos acudir inmediatamente a un profesional. Por ejemplo, los más comunes son que el niño tenga tendencia a desviar un ojo o a guiñarlo demasiado, la inclinación de la cabeza para fijar la vista, lagrimeo o enrojecimiento de los ojos frecuente, que le moleste la luz más de lo considerado normal, un bajo rendimiento escolar, o no ver la pizarra desde los sitios más lejanos del aula. Estas dos últimas posibilidades pueden darse en el cole si los profesores notan algún tipo de comportamiento anómalo en el niño.
5 consejos para elegir las gafas perfectas
Una vez que a tu hijo se le ha diagnosticado alguna anomalía en la vista y tiene que comenzar a llevar gafas (o simplemente, tiene que renovarlas) es importante tener en cuenta estos consejos a la hora de ir a comprarlas.
1. Tendencias: puede parecer un requisito frívolo en un primer momento, pero es muy importante que el niño se sienta cómodo con las gafas, sobre todo si se trata de las primeras. Deja que participe en la elección del color, forma, montura... Siempre supervisado por ti y por el experto -consejos que son aplicables tanto para gafas graduadas como para gafas de sol. El factor psicológico será muy importante para que el niño no las vea como una enemigas (posibles burlas en el cole) sino como una ventaja para mejorar su calidad de vida y aprendizaje. Es importante que siempre des confianza al pequeño en todas sus facetas, le apoyes y le animes. Aquí tienes unas cuantas frases que te pueden servir de inspiración.
2. Montura: se tiende a pensar que las monturas de silicona son las más resistentes en niños pero por ejemplo a partir de los 5 años los expertos también recomiendan las de "acetato ya que disimulan mejor la dimensión de los cristales y son más resistentes que las metálicas o plástico inyectado", asegura Emilio Capela fundador de Lord Wilmore.
3. Comodidad: podríamos decir que es el requisito más importante para los niños ya que éstos suelen ser menos cuidadosos con ellas. "Nosotros recomendamos poner 'stoppers' en las patillas que abrazan la oreja del niño y hacen que no se caigan en lugar de la típica cinta que pasa por detrás de la cabeza y puede resultar más incómoda", explica Capela.
4. Recambio: es aconsejable que el niño tenga un par de gafas de seguridad, es decir, de repuesto por si se rompen las que habitualmente lleva.
5. Graduación: la graduación de los niños varía con mucha frecuencia por eso es aconsejable realizar revisiones periódicas (según marque su oftalmólogo) y lo más importante, ¡cumplirlas! Lo ideal es realizarlas anualmente pero si el niño nota alguna anomalía o incomodidad es aconsejable acudir lo antes posible al experto.
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