Según datos de la Asociación Española de Pediatría (AEPED), los ahogamientos constituyen la segunda causa de muerte en la población infanto-juvenil. El 80% de los casos se podría evitar si se siguen unas indicaciones tan sencillas como vallar una piscina para restringir el acceso al agua o enseñar a los niños a nadar a una edad temprana.
Los jóvenes y los niños más mayores también sufren lesiones durante las vacaciones de verano. El auge de los deportes acuáticos (las motos de agua, el windsurf o el surf) y el uso de toboganes y prácticas peligrosas en las piscinas aumentan la tasa de ahogamientos durante los meses estivales. Siguiendo unas normas básicas de seguridad y responsabilidad muchas de estas lesiones se podrían evitar.
Recomendaciones para prevenir los ahogamientos en verano
La mayoría de los casos de ahogamiento se pueden evitar siguiendo unas sencillas normas.
- Saber nadar es un seguro de vida. Intenta enseñar a los niños a nadar lo antes posible.
- Vigilar a los más pequeños en entornos con agua. Aunque en la piscina haya un socorrista los pequeños son nuestra responsabilidad y tenemos que vigilarlos en todo momento.
- Inculcar a los más pequeños la obligación de llevar un flotador o unos manguitos. Los niños los deberían llevar durante todo el tiempo en el que estén cerca del agua.
- Si tienes piscina en casa o en la comunidad asegúrate de que esté protegida con vallas para que los más pequeños no puedan acceder al agua sin tu consentimiento.
- Asegúrate de que la piscina comunitaria cuente con un socorrista si las dimensiones así lo exigen.
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