La oxiuriasis es una de las dolencias más comunes que padecen los niños de entre 3 y 6 años. Recibe este nombre por los oxiuros, las lombrices que ocupan el intestino de los pequeños y que miden alrededor de 5 milímetros de largo. Son parásitos blancos y muy finos y, aunque no se trata de una enfermedad grave, provoca en los pequeños mucho picor e incomodidad. Pero, ¿cómo llegan a la tripita de los pequeños y qué debemos hacer para abordar el problema lo más pronto posible y de la mejor manera? Te contamos todo lo que debes saber.
¿Cómo se contrae la oxiuriasis?
Los oxiuros o lombrices son pequeños parásitos blancos, muy delgados y solo capaces de vivir en el cuerpo humano. Se alojan en el intestino grueso y solo son perceptibles a primera hora de la mañana alrededor del ano del niño. Pero si es el caso de tu pequeño, no debes preocuparte en exceso. Es muy frecuente, no causa daños graves a los niños –el peor de los síntomas es que perturba su sueño– y, además, el tratamiento es muy sencillo. Pero, ¿cómo se infecta un niño con lombrices?
Al contrario de lo que se cree, esta infección no tiene nada que ver la higiene de los niños ni de los adultos. Más bien tiene que ver con la ingesta involuntaria de los huevos de estos parásitos, casi imperceptibles por su tamaño microscópico, y que se encuentran en muchos objetos que utilizamos a diario, así como en las manos de las personas. Y es que si hay algo que caracteriza a los niños, es que se lo llevan todo a la boca y una de esas cosas son, precisamente, sus propias manos.
Estos huevos llegan al intestino delgado, donde nacen las larvas que, después, se dirigen y se alojan en el intestino grueso. Es ahí donde se convierten en parásitos y alcanzan el tamaño de lombriz de unos 5 milímetros. Tienen que pasar un par de meses para que se reproduzcan y las hembras pongan sus huevos en los alrededores del ano. Esto es lo que produce la sensación de picor y molestia en los niños, que tienden a rascarse con insistencia. Esto puede provocar que los nuevos huevos contaminen la mano del pequeño y contagie a otras personas.
Síntomas de que tu pequeño tiene lombrices intestinales
Como decimos, el más representativo de los síntomas es el picor que los niños experimentan en el ano y los genitales, por lo que si ves que tu pequeño se rasca con insistencia, lo más recomendable es que le examines. Esta sensación también puede provocar incomodad a la hora de irse a dormir, intranquilidad y puede llegar a perturbar el descanso y sueño de los niños. Si a pesar de que no hayas visto que tu pequeño se rasque, sí percibes que le experimenta este nerviosismo a la hora de irse a dormir, trata de revisar la zona para descartar que esta incomodidad de la produzcan las lombrices. Lo más conveniente es que lo hagas por la noche o a primera hora de la mañana, ya que es el momento de mayor actividad de los oxiuros. Por otro lado, también puedes examinar las heces, aunque en ocasiones es necesario hacerlo con un microscopio.
¿Cómo acabar con las lombrices?
Si tu pequeño muestra síntomas de tener lombrices o has podido comprobar que, efectivamente, es así, debes acudir al pediatra para que confirme el diagnóstico y recete un tratamiento. En la mayoría de los casos, la ingesta de un primer medicamento acaba con los parásitos adultos, pero no con los huevos. Para acabar con ellos es imprescindible una segunda dosis, que los destruye y facilita su expulsión. Por este motivo es fundamental que el tratamiento se siga rigurosamente.
Ambas dosis están separadas, comúnmente, por un plazo de dos semanas. Mientras tanto, para aliviar el picor y la incomodad de tu pequeño, evita los baños de espuma demasiado largos, ya que pueden irritar la piel, y siéntalo en agua tibia un par de veces al día para aliviar el picor. Es posible que después de aplicar el tratamiento, su pequeño siga sintiendo incomodidad y picor. En estos casos, es posible que el médico le recete alguna crema.
¿Es posible prevenir las lombrices?
Si alguno de los miembros de la familia ha padecido oxiuriasis, es conveniente que se pongan en práctica algunas medidas que evitarán que el resto de los miembros de la casa contraigan la infección. Así, es recomedable que todos os lavéis las manos concienzudamente e insistir debajo de las uñas, especialmente antes de las comidas y después de ir al baño.
El mismo día en que tu pequeño tome las dosis de los medicamentos para curar la oxiuriasis, lava su ropa y sus sábanas para acabar con los posibles parásitos que haya ahí. Igualmente, procura no sacudir estas prendas, ya que los huevos podrían esparcirse por tu hogar.
Como consejo práctico, es recomendable que mantengas las uñas de los niños cortas, en primer lugar, para evitar que se rasquen, después, para evitar que se hagan heridas.
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