Por su parte, el Consejo Escolar del Estado Español apuesta por la mejora educativa a través de la neurociencia, ya que, gracias a este estudio, se ha podido comprobar que, mediante diferentes programas de desarrollo y diferentes metodologías, se pueden mejorar la comprensión lectora, el aprendizaje de las matemáticas, la escritura, la atención, la memoria y el aprendizaje en general. Además, según señala Martín Lobo, no se debe olvidar la importancia de la estabilidad emocional: “el rendimiento escolar y la estabilidad emocional se relacionan e inciden de forma decisiva en la personalidad del alumno; cerebro y cognición interactúan de forma unitaria y constructiva, si se conoce y se sabe aprovechar bien en cada etapa escolar”.
La directora del Máster apunta que será también el propio profesor quien se beneficie de estos conocimientos para poder proporcionarle al alumno una atención mejor. Para ello, el maestro necesitará la formación adecuada en neurociencia para poder incorporar este tipo de metodología a su enseñanza.
Pero si el educador tendrá un papel importante, los padres y la sociedad no se quedarán atrás. Pilar Martín Lobo insiste que “no deberíamos ignorar los avances científicos del conocimiento del cerebro y convendría avanzar en la aplicación de la neurociencia en todos los centros educativos, desde la Educación Infantil, en Primaria y en Secundaria”.
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