No siempre es fácil hacerse hermano o hermana mayor y admitir la llegada de un recién nacido en la familia. Desde el anuncio del embarazo hasta la llegada del bebé... A continuación te damos algunos consejos para que tu hijo acoja lo mejor posible a su hermanito (¡o hermanita!).
El momento adecuado para hablar del tema
El embarazo no se anuncia de la misma manera a un niño y a la familia o a los amigos. Encontrar el momento ideal para hablar de ello con él no es forzosamente evidente, y depende mucho de su edad. En efecto, un niño pequeño no acaba de controlar bien el concepto del tiempo, por lo que es inútil anunciarle la llegada de un bebé demasiado pronto. En cambio, puede ser más eficaz asociarlo con un acontecimiento que tiene sentido para él: dile, por ejemplo, que el bebé estará allí después de Navidad, o bien cuando vuelva a llegar el verano y hará buen tiempo fuera. Pero es preferible no esperar demasiado tiempo para hablarle del tema. Los niños son muy receptivos y podría desarrollar un sentimiento de angustia frente a los cambios, que no dejarán de producirse.
Las palabras para explicárselo
En este tema también: lo que decidas decirle a tu hijo depende en gran parte de su edad y de su nivel de comprensión. Pero, le digas lo que le digas, escoge un momento tranquilo y explícale las cosas muy simplemente. El embarazo es un concepto extremadamente abstracto para un niño, y un bebé que crece en el vientre de la mamá no tiene mucho que ver con un bebé de verdad. Pero hablar de él como de una pequeña persona de verdad, de quien se podrá ocupar y con la que podrá jugar, es una manera de anclarlo en la realidad.
Despertar su curiosidad
También puedes llamar la atención de tu hijo con la llegada de este recién nacido explicándole historias adecuadas. Los niños, sobre todo cuando son pequeños, tienen menos dificultad para comprender las cosas si pueden relacionarlas con la realidad. Si algunos de sus amigos ya tienen un hermanito o una hermanita, o están a punto de tenerlo, háblalo con él. Conocer a un bebé puede ayudarlo a que familiarice con la idea de acoger a un nuevo miembro en el seno de la familia. Un miembro que puede ocupar su sitio y puede monopolizar la atención de sus padres.
Anticipar el sentimiento de abandono
Cada niño reacciona de una manera diferente cuando le anuncian la llegada de un futuro bebé. Puede estar contento o, al contrario, mostrarse totalmente indiferente. No te preocupes demasiado por esto, tu hijo necesita tiempo. Por otra parte, va a comprender muy rápido que su día a día se va a ver revuelto por la llegada de este recién nacido, que ya está ocupando a sus padres en la preparación de una nueva habitación, por ejemplo. Entonces, puede que se sienta dejado de lado o abandonado. Y este sentimiento no hará más que afianzarse en cuanto el bebé aparezca. Por todos estos motivos es importante tranquilizarlo y explicarle, simplemente, cuáles son los cambios que se van a dar en su vida.
Prevenir los celos
Tu niño va a comprender muy rápidamente que dejará de ser el centro de tu atención, que tú tendrás menos tiempo para él y que deberá "compartirte" con el bebé. Entonces puede que desarrolle un sentimiento de celos hacia "el intruso", que le roba a su mamá. Una vez más, tranquilízalo y explícale que no le quieres menos que antes, y no pierdas ninguna ocasión de pasar tiempo sólo con él. También puede que retroceda y adopte de nuevo un comportamiento de bebé (llora, gatea, pide de nuevo biberones, se hace pipí encima...). Explícale entonces el nuevo papel que va a tener que desempeñar: el de hermano o hermana mayor, y dile que estás orgullosa de él. Se sentirá valorado.
Calma sus preocupaciones
Si le resulta difícil asimilar lo que significa tener un bebé que crece en tu vientre, tu niño no dejará de observar las transformaciones físicas que sufres. Una mamá que a menudo está cansada, que se encuentra mal, que cambia de forma y de humor sin razón aparente... Esto es lo que inquieta seriamente a un niño. Explícale lo que te pasa para que comprenda que es normal. Y aprovecha también para decirle, por ejemplo, quién va a ocuparse de él cuando tengas que irte a la maternidad.
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Hacerlo participar en los preparativos
Si pretendes modificar su entorno directo, por ejemplo cediendo su cama al nuevo bebé, hazlo tiempo antes de su nacimiento, para que tu hijo mayor no tenga la sensación de que el bebé le "roba" su pequeña cama. Lo mejor es que hagas que esta transición sea un momento cautivador para él. El hecho de implicarlo en los preparativos de la habitación del bebé puede ayudarle a llevar mejor esta fase desestabilizadora. Déjalo que decore la habitación, que coloque la ropita o que ordene los juguetes del bebé. Esto reforzará vuestra complicidad y también lo ayudará a encontrar su nuevo sitio y a asumir su nuevo papel: el de hijo mayor.