El gran boom de nacimientos que estamos viviendo durante la última época ha hecho que cada vez se desarrollen más actividades relacionadas para beneficiar la salud y el bienestar tanto de bebés como de mamás. Las familias tienen grandes oportunidades para disfrutar de los más pequeños pudiendo compartir más tiempo en mejorar aspectos del desarrollo psicomotor de sus bebés.
Una de las actividades más aconsejables para los bebés desde los 20 días de nacimiento es la estimulación acuática. Llamamos estimulación en agua a la posibilidad de mejorar el desarrollo psicomotor del bebé por medio del estímulo acuático. Bien es sabido que procedemos de un medio líquido: el líquido amniótico, por lo que estimular a nuestros bebés en agua es la mejor manera de contribuir en el buen desarrollo de los lactantes.
Desde casa y de la manera más adecuada, podemos realizar sus primeras inmersiones, así como usar adecuados agarres para que el bebé pueda sentir en su piel el fluido; lo que le llevará a realizar movimientos corporales que le permitirá empezar a reconocer su esquema corporal.
Reflejos primitivos que contribuyen a su desarrollo
Asimismo, no podemos olvidar que los bebés cuentan con reflejos primitivos de supervivencia que bien reconocidos y estimulados, permitirán influir positivamente en el mejor desarrollo del bebé. Hablamos de reflejos como:
- Reflejo palpebral, que permite al bebé abrir los ojos debajo del agua.
- Reflejo tónico-cervical, mantiene la cabeza y permite la flotación decúbito dorsal.
- Visual del precipicio, se asustará antes de tirarse de cabeza.
- Reptación, nado de crol (crawling=gatear); se manifiestará en el agua con un movimiento continuado de brazos y piernas, simulando el nado de croll.
- Cierre de glotis, les permiten no tragar agua.
Estos actos reflejos deben ser reconocidos por los padres como comportamientos naturales y que correctamente estimulados en la bañera, servirán de apoyo en sus clases de estimulación en agua.
Beneficios de la estimulación acuática
Guiados por un educador acuático, en el desarrollo de las clases, se fomentarán las inmersiones, caídas naturales, guías de agarres y técnicas de desplazamiento para que el bebé pueda ir reconociendo su “yo corporal”. No sólo se observarán los beneficios en este aspecto, ya que la estimulación acuática también permite:
- Aumentar la habilidad corporal.
- Estimular la propiocepción y el tacto.
- Despertar los reflejos y la capacidad de supervivencia.
- Enriquecer las experiencias motrices.
- Ayudar a mejorar la tonicidad.
- Fortalecer la capacidad respiratoria.
- Aumentar la resistencia.
- Ayudar a relajarse. Capacidad de conciliar el sueño.
- Estimular la conciencia.
- Fortalecer el vínculo entre la madre o el padre y el bebé.
Debemos tener en cuenta que si queremos llevar a nuestros bebés a un centro especializado, éste debe contar con piscinas adaptadas a sus necesidades, es decir: el agua debe estar tratada con hidrólisis salina, así como mantener una temperatura entre los 33 y 34 grados. Lo que permitirá al bebé disfrutar de manera segura, sin riesgos en su piel, ojos y mucosas. Sin duda es una actividad muy placentera no sólo para el bebé, sino para toda la familia. La diversión y el aprendizaje están asegurados. Aquí tienes algunos ejemplos de la experiencia que viviréis tu hijo y tu realizando esta práctica.
Agarres estimulación acuática en bebés
Tomas estimulación acuática en bebés
Inmersiones estimulación acuática en bebés
Contenido elaborado en colaboración con Escuelas S'ponja
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