Los expertos ya han incidido varias veces en la importancia del vínculo afectivo en el desarrollo psicomotor del bebé e incluso en cómo puede marcar su personalidad, su autoestima y sus relaciones con otras personas. El ser humano es un ser social, es decir, necesita mantener relaciones con sus semejantes. Desde nuestra llegada al mundo, necesitamos de otros para nuestro cuidado, alimentación, aprendizajes… de tal manera que nos sería imposible sobrevivir sin estas primeras atenciones.
Posteriormente vamos estableciendo distintos tipos de relaciones, de hecho bien sabido es la necesidad de filiación que las personas tenemos, por la cual establecemos distintos vínculos afectivos con los demás, provocándonos sus carencias grandes déficits emocionales y trastornos psicológicos.
Este vínculo es tan importante, tan fuerte, que va a determinar los futuros vínculos que el niño establecerá como ser humano. Un vínculo seguro entre madre e hijo, permitirá establecer futuras relaciones interpersonales sanas a lo largo de su vida.
De hecho diversas investigaciones indican que un vínculo seguro permitirá desarrollar un buen ajuste social, mientras que la carencia de este puede dar lugar a baja autoestima, problemas en las relaciones sociales, e incluso trastornos psicopatológicos.
Así desde el campo del desarrollo infantil, se ha estudiado el vínculo entre madre e hijo. Los primeros trabajos en esta línea fueron realizados por René Spitz, psicoanalista, que llevo a cabo investigaciones del desarrollo de niños huérfanos. Más tarde, John Bowlby (1907-1990) fue el primer psicólogo en desarrollar una "Teoría del apego", siendo su principio más importante, el que destaca que un recién nacido necesita desarrollar una relación con al menos un cuidador principal, para que su desarrollo emocional y social se desarrollen con normalidad.
Según el Dr Daniel Segura, pediatra del Hospital Quirón Salud de Zaragoza, esta importancia del apego se puede ver en los niños que pasan por procesos de adopción, y que no tuvieron fuertes vínculos en sus primeres meses de vida, ya que pueden alcanzar importante retraso madurativo y psicomotor.
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¿Cómo podemos establecer un apego seguro?
1. Transmite seguridad a tu bebé atendiendo sus necesidades y cuidados que pueda sentir la confianza de que sus necesidades básicas serán atendidas.
2. Aprende sus señales y su forma de comunicarse. Aunque él bebe no pueda hablar, te comunica a través de sus gestos y llantos. Interpretar su llanto, cuando frunce el ceño, sus movimientos…
3. Responde a sus necesidades, físicas y emocionales, así podrás transmitirle en cada momento que sus necesidades son importantes para ti. Según el Dr. Segura a la pregunta que le hacen sus pacientes "¿Y si llora lo tengo que coger?", la respuesta es sencilla: "Yo les digo que sí. Y que si no llora, también”
4. Cuida de ti misma. La llegada de un bebé, requiere muchos cambios y adaptaciones. A veces esto supone momentos de tensión y ansiedad. Es fundamental que te cuides y seas capaz de superar esto, pues estas emociones podrían dificultarte establecer un apego seguro con tu bebé.