Desde sus primeros días, el bebé no necesita las palabras para comunicar. El llanto es diferente en función de las necesidades de tu bebé y aprendes a conocer su significado a lo largo de los meses. Hambre, sueño, malestar… Los lloros tienen múltiples significados. Aunque al principio no entiendes siempre las razones de sus lloros, al cabo de algunas semanas habrás aprendido qué necesita y cómo calmar a tu bebé. Sus lloros son su única forma de decir lo que les ocurre. Es importante recordar que lo que impulsa a un niño a comunicarse es su enorme necesidad afectiva.
Para favorecer el aprendizaje del lenguaje es importante que interactuemos con él, jugar juntos, pasar tiempo a su lado, contarle cosas aunque no las entienda, señalarle objetos y nombrarlos o contarle cuentos, algo muy conveniente que podemos comenzar a hacer desde que es un bebé.
¿Para qué sirve el balbuceo?
Antes de comenzar a pronunciar palabras claras, los bebés balbucean. De hecho, comienzan a hacerlo a partir de los tres a los cinco meses. Podemos decir que para ellos supone un entrenamiento de cara a aprender a hablar, pues comienza a usar una serie de músculos (los de la laringe que actúan sobre las cuerdas vocales) que el lenguaje necesita. Es fundamental que las personas de su entorno le animen a que vaya más lejos en este fantástico descubrimiento. Tras las vocales, tu bebé empieza a pronunciar sílabas: ba, ma… Te darás cuenta que aparecen las primeras consonantes nasales (b, d, t, p).
Etapas del lenguaje
Algunos padres se preocupan en exceso por el tiempo que tardan sus hijos en pronunciar sus primeras palabras. Hay que tener claro que, aunque normalmente suelen hacerlo a partir del año, cada bebé es diferente. Tal y como explican desde la Asociación Española de Pediatría (AEP): "El retraso del habla y el lenguaje es el retraso del desarrollo más frecuente. Alrededor de uno de cada cinco niños aprende a hablar más tarde que otros niños de su edad". Los bebés suelen pasar por diferentes etapas para construir su lenguaje, de manera estimada se considera que:
- Entre los 12 y 15 meses aumentan el balbuceo, imitan sonidos y palabras y son capaces de entender órdenes sencillas.
- Entre los 18 y los 24 meses los bebés tienen un vocabulario aproximado de unas 20 - 50 palabras.
- De los dos a los tres años aumentan el número de palabras y forman frases breves. Tienen un mayor nivel de comprensión y se puede entender gran parte de lo que nos dicen.
¿Cuándo deberíamos preocuparnos por el lenguaje de los niños?
Citando de nuevo a la AEP, a veces es difícil entre lo que es normal y tan solo se trata de una inmadurez en el desarrollo de aquello que es un problema y por tanto precisa de la valoración de un especialista. Para hacer esta distinción conviene fijarnos en algunos aspectos del niño que pueden ser motivo de un retraso del lenguaje:
- Si no responde a los sonidos.
- Si entre el uno y los dos años no gesticula (no señala con el dedo, no dice adiós con la mano...), no imita sonidos entorno a los 18 meses o prefiere gesticular a vocalizar para comunicarse.
- Si a los dos años no es capaz de decir palabras o frases, si no utiliza las mismas para comunicarse o es más difícil entenderle que a los otros niños de su edad.
La explicación del retraso del lenguaje puede deberse a múltiples motivos (alteraciones de la boca, lengua o paladar. problemas de audición...), si percibimos algunas de las señales anteriores conviene que consultemos con nuestro pediatra.
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