El principio de los bebés nadadores
El placer del agua
No te confundas: la actividad de los bebés nadadores no se desarrolla con el objetivo de que los más menudos aprendan a nadar, sino a que se inicien en el placer del agua. Hasta los cinco años el niño no sabe coordinar los movimientos que requiere la natación; controlar el equilibrio en el agua le permitirá aprender a nadar y convertirse en un pequeño campeón.
Desarrollo sensorial y psicomotor máximo
La actividad del bebé nadador es buenísima para favorecer la motricidad, la confianza y la autonomía del recién nacido. Tanto para él como para ti, se trata de una experiencia física muy enriquecedora que os permitirá vivir juntos un momento privilegiado y exclusivo, protegidos de las súplicas externas. El bebé aprende a sentirse cómodo en el agua y debajo de ella. Poco a poco coge confianza gracias a la exploración y al apoyo que tú le das. Esta actividad despierta sus sentidos.
Se trata de una fuente de plenitud y un espacio de libertad en el que pueden practicar también bebés con algún tipo de discapacidad.
Las reservas de algunos pediatras
No obstante, hay pediatras que tienen algunas reservas en cuanto a los beneficios de esta actividad y avisan a los padres de que la piscina favorece la transmisión de enfermedades infecciosas en la nariz, la garganta, las orejas o incluso en la piel.
Corresponde a los padres sopesar los beneficios y los inconvenientes ocasionales de esta práctica.
Pero como norma general, el bebé no debería realizar dicha actividad si presenta alguna de las infecciones anteriores o sufre problemas digestivos.
Desarrollo
Compañía
O bien un monitor o un profesor de natación estarán presentes en toda la sesión de grupo en la que el bebé se divierte a su ritmo mientras descubre mil y una experiencias: juegos, toboganes, colchonetas o planchas están a disposición del recién nacido para que explore nuevas sensaciones y se estimule al máximo.
Esta actividad se adapta según el desarrollo psicomotor del bebé, su edad y experiencia. Todo se lleva a cabo con suavidad y en las mejores condiciones posibles.
El bebé nadador puede chapotear en un agua cuya temperatura ambiente esté entre los 32° y los 37° en compañía de un monitor y con tu estrecha colaboración. Aprenderás a garantizarle una supervisión y una seguridad óptimas.
Las sesiones
Duran un máximo de 30 minutos con niños de menos de 18 meses y de 30 minutos a 1 hora con niños de 18 meses a 5 años. En general, los centros acuáticos programan este tipo de actividad en sábados y domingos a primera hora para que el bebé aproveche el agua limpia. Las piscinas pasan, con regularidad, controles de higiene y seguridad.
Un pequeño consejo: para que el bebé se sienta bien debes relajarte y no transmitirle tus preocupaciones.
La iniciación
Hay que tener en cuenta la evolución psicomotriz del bebé en el agua. La iniciación se puede establecer en tres etapas:
-La toma de contacto: Sujeta al bebé en tus brazos y realiza movimientos laterales y verticales para sumergirlo en el agua hasta el nivel de la boca.
-Cuando el bebé haya cogido seguridad, estíralo en el agua. A continuación sumérgelo de forma progresiva sin soltarlo. El bebé, de forma automática, aguantará la respiración y no la retomará hasta que vuelva a salir a la superficie.
-En cuanto se sienta cómodo, puedes ir alejándote poco a poco ayudándole a que se sumerja cada vez más y llegue hasta la superficie del agua.
Consejos prácticos
Médicos
-Si quieres unirte a un club acuático asociado a algún tipo de federación de actividades acuáticas de tu comunidad (como la FAAL mencionada en el apartado anterior), lo más probable es que debas presentar un certificado médico conforme el niño no sufre ninguna contraindicación para no poder realizar dicha actividad.
-El bebé debe estar vacunado de la DTCP (Dt polio) desde el cuarto mes.
En la piscina
-El bebé debe llevar un bañador absorbente o un pañal (obligatorio)
-Lleva también una toalla o un albornoz.
-El gorro de piscina es obligatorio.
Precauciones
-El bebé debe bañarse o ducharse antes de la actividad.
-Debe de haber comido como mínimo una hora antes de la actividad para evitar una posible hipoglucemia (comidas con azúcares rápidos y lentos).
-Piensa en llevar algo de beber y comer, si puede ser caliente, para que recupere fuerzas tras el baño.
-Los bebés asmáticos también pueden seguir los ejercicios pero con mucha vigilancia.
-En todos los casos debes vigilar a tu hijo con mucha atención.
LETTER
¿Dónde dirigirse?
En los siguientes links encontrarás información de gran utilidad:
www.natacion-bebes.com
www.miflotador.com
http://www.i-natacion.com/articulos/matronatacion/bebes.html