Moqueo nasal, picor de ojos, un leve sarpullido... Las alergias están aumentando tanto entre bebés como entre adultos. En la actualidad, hasta el 40% de la población mundial padece algún tipo de alergia. Este aumento de casos se ha asociado a un desequilibrio del sistema inmunitario de los bebés, que puede estar causado por factores ambientales como la contaminación, el uso de antibióticos o los nacimientos por cesárea.
Si tienes alguna duda respecto a las alergias infantiles, ¡no te preocupes! En este artículo vamos a contarte en detalle qué son exactamente y cómo puedes saber si tu bebé está en riesgo de padecer algún tipo de alergia, para así poder ayudarle.
¿Qué es la alergia y cómo se desarrolla?
La alergia es una hipersensibilidad del sistema inmunitario. ¿Qué quiere esto decir? Que, normalmente, nuestro sistema inmunitario nos protege de sustancias nocivas como las bacterias o los virus. Sin embargo, hay casos en que el sistema inmunitario reacciona de una manera exagerada (hipersensibilidad) a sustancias que suelen ser inofensivas, como a determinados alimentos, al polvo o al polen.
Esta hipersensibilidad, que es a lo que llamamos alergia, puede desarrollarse debido a un componente genético: si ambos padres tienen alergias, será probable que el bebé también las herede. Aunque no siempre tiene por qué ser así. Además de la alergia heredada, esta también se puede producir por factores ambientales, como el nivel de contaminación atmosférica, hábitos higiénicos o alimentarios.
Esta hipersensibilidad, que es a lo que llamamos alergia, puede desarrollarse debido a un componente genético: si ambos padres tienen alergias, será más probable que el bebé también las herede. Aunque no siempre tiene por qué ser así. Además de por este factor, la alergia se puede desarrollar por factores ambientes, como la contaminación, el uso de antibióticos o los partos por cesárea. En lo que respecta a la infancia, una de las alergias más frecuentes es la alergia a la proteína de la leche de vaca, que padece del 2 al 5% de los lactantes en todo el mundo*: se trata de la alergia más común en lactantes.
Teniendo en cuenta que entre el 70 - 80% de nuestras células inmunitarias residen en el intestino, es importante que desarrollemos y mantengamos una buena flora intestinal. Cuidar la microbiota de los bebés ayuda a desarrollar el sistema inmunitario de una manera equilibrada, esto puede contribuir a reducir el riesgo de desarrollar alergia.
Cómo saber si mi bebé es sensible a desarrollar una alergia
Los bebés con antecedentes familiares de alergias presentan más riesgo que los demás. Por ejemplo, si un progenitor padece alergia, la posibilidad de que su bebé se vea afectado es del 20 al 40%. Si ambos son alérgicos, entonces las posibilidades aumentarás del 40 al 60%, según apuntan los expertos. Algunas alergias (como la alergia a frutos secos o a los gatos) tienden a ser hereditarias.
Actualmente se ha relacionado el aumento de alergias a un desequilibrio del sistema inmunitario, este desequilibrio puede ser causado por factores externos como la contaminación, el uso de antibióticos y el aumento de cesáreas. Estos factores ambientales, unidos a los factores genéticos, pueden alterar la maduración del sistema inmunitario**.
Diversos estudios han indicado que el nacimiento por cesárea puede ser un factor de riesgo para desarrollar alergia: los bebés que nacen a través de este método pueden tener mayor riesgo de desarrollar una alergia. En un parto vaginal, el bebé se ve expuesto a una gran cantidad de bacterias beneficiosas cuando viaja a través del canal de parto. Estas bacterias beneficiosas ayudan al desarrollo de la microbiota intestinal y por tanto a tener un sistema inmunitario equilibrado. Se considera por esto que la cesárea puede ser un desafío en la maduración del sistema inmunitario del bebé, pudiendo tener estos niños más probabilidad de desarrollar alergias.
La lactancia materna, tu gran aliada
Todos sabemos de la importancia de una buena nutrición, pero ¿sabes que ésta puede afectar al desarrollo de la alergia en los bebés? Uno de los mejores caminos para garantizar que tu bebé tenga una microbiota intestinal saludable y un normal desarrollo de su sistema inmunitario es la lactancia materna.
La leche materna tiene una composición única en proteínas, oligosacáridos prebióticos y bacterias beneficiosas como los probióticos, entre otros. Si por cualquier motivo no te fuera posible dar el pecho y crees que tu bebé podría desarrollar una alergia, consulta siempre con tu médico, quien podrá considerar la opción de recomendarte una leche de fórmula con prebióticos y probióticos para asegurar una microbiota saludable.
La nutrición del bebé es la clave
Además de proporcionar a tu bebé la energía y los nutrientes que necesita para crecer, la nutrición es importante para ayudar al desarrollo de su sistema inmunitario. Como hemos comentado, los prebióticos y probióticos pueden tener una influencia directa e indirecta sobre el sistema inmunitario del bebé, creando las mejores condiciones para el que sistema inmune rinda al máximo.
Estudios clínicos han mostrado que los prebióticos pueden ayudar a mejorar tanto la salud intestinal como del sistema inmunitario. Por ejemplo, durante estas investigaciones, los recién nacidos que presentaban un alto riesgo de desarrollar alergias fueron alimentados con leche de fórmula con prebióticos durante seis meses. Posteriormente, se descubrió que estos bebés presentaron menor sensibilización alérgica a los cinco años de edad.
Se ha demostrado que una dieta suplementada con simbióticos (combinación de prebióticos y probióticos) puede tener un efecto positivo sobre el intestino y el sistema inmunitario del bebé.
*(Plaza Martín AM. Alergia a proteína de leche de vaca. Protoc diagn ter peditr. 2013;1:51-61).
**Molloy J., et al. Int J Environ Res Public Health, 2013. 10(12): p. 7235-56 | West C.E., et al. Journal of Allergy and Clinical Immunology, 2015. 135(1): p. 3-13.
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