Las palabras tienen la increíble capacidad de moldear nuestro cerebro, sobretodo cuando somos niños. Palabras y frases de refuerzo y estímulo son sumamente importantes en el desarrollo de los más pequeños y pueden marcar la diferencia en la personalidad de éstos cuando crezcan.
Contribuyen a eliminar inseguridades, generan confianza y estimulan nuestras capacidades haciendo que tengamos confianza en lo que hacemos y propiciando un entorno seguro.
Como todo en la vida, se trata de una cuestión de equilibrio. Tan malo es no decirlo nunca como hacerlo constantemente. Si no lo hacemos nunca no estaremos mostrando nuestro apoyo, cariño o ternura y esto generará frustración, falta de autoestima, desconfianza e inseguridad. Si nos pasamos y lo repetimos demasiado estaremos fomentando un exceso de confianza que puede acabar en personalidades algo egocéntricas, soberbias o egoístas.
Reconocer el momento exacto para decirlas es una de las tareas más difíciles de ser padres aunque muchas veces lo mejor es dejar llevarse por la naturalidad, actuar de forma coherente y utilizar estas frases como refuerzo positivo a la hora de conseguir logros, cuando tienen que enfrentarse a sus primeros problemas en la vida, o cuando disfrutan de un buen momento junto al resto de la familia.
Es importante demostrarles nuestro amor, no solo a través de gestos o cuidados, sino también a través de las palabras. Solo así conseguiremos que ellos también lo sean en el futuro, no sientan vergüenza por compartir sus sentimientos o se sientan seguros y acompañados a la hora de mostrar al mundo tal y cómo son.
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