Un poco de historia
Según la tradición, prácticamente desde el origen de la astrología -las 111 estrellas codificadas por el emperador Huang Di en 2637 antes de nuestra era- los astrónomos chinos asociaron los cinco planetas principales con cinco elementos que hoy les dan su nombre: Júpiter es la Madera; Marte, el Fuego; Saturno, la Tierra; Venus es el Metal; y Mercurio, el Agua.
Su posición en el cielo, junto con la del sol y la luna, llamados Yang y Yin, y el paso eventual de cometas en el momento del nacimiento, influyen en el destino.
La leyenda
Numerosas leyendas cuentan cómo se eligieron los animales que corresponden a los planetas y cómo se determinó su orden. El Emperador, jefe de los dioses, y Buda, según las versiones, habrían organizado una carrera entre los animales para ordenarlos.
El jabalí había conseguido persuadir al Emperador para que lo eligiera como juez del valor relativo de los diferentes animales. Empezó por hacer enrabiar al tigre y al dragón, situándolos detrás de la rata y el búfalo. Armaron tal escándalo que hubo que tranquilizarlos. Para ello, el mono dibujó en la frente del tigre el signo que lleva actualmente, para confirmarle su título de soberano de los animales terrestres. Respecto al dragón, el cocodrilo, que en aquella época tenía cuernos, se los ofreció en guisa de corona y fue consagrado rey de los animales acuáticos.
La liebre se salió de la fila para desafiar al dragón en la carrera. Éste aceptó; los dos adversarios corrían hacia el frente cuando la liebre se desvió hacia un bosque. Los nuevos cuernos del dragón se enredaron en el ramaje y perdió. Increpó al cocodrilo quien, herido, exigía la restitución de su regalo. El dragón le respondió que le devolvería los cuernos cuando el sol saliera por el Oeste, ¡y desde entonces el cocodrilo le pide al sol cada mañana que se alce por ese lado!
Le liebre debía su rapidez, en parte, al perro, que le había aconsejado cortarse la cola que tan larga tenía. Tras su victoria, el perro acudió a felicitarla, esperando un agradecimiento que la liebre le negó. Furioso, el perro le mordió y, como castigo, fue colocado el último de la serie.
En cuanto al cerdo, que había acabado la clasificación de los animales, se autoinscribió a la cabeza de la lista y la llevó al Emperador para que la aprobara. Buda, consciente de los incidentes, lo degradó hasta el último puesto.
El nuevo año chino
Dado que el calendario chino es soli-lunar, la fecha de cambio de signo es la del nuevo año chino, que es el día de la luna nueva (en fecha de Pequín) comprendida entre el 21 de enero y el 20 de febrero.
Sin embargo, en el sistema de recuento de los años al que están asociados los animales, el cambio se efectúa al principio de la primavera, entre el 4 o el 5 de febrero.
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Pequeño truco para calcular fácilmente el nuevo año chino
El ciclo reempieza aproximadamente cada 95 años. De este modo, en 1900 el año empezó el 31 de enero, igual que en 1995. Pero este cálculo puede variar de 1 a 2 días según los años.
