Somos muchas las que evitamos la pregunta sobre penetración anal con nuestra pareja. ¿Miedo al dolor o simplemente tabú? Descubre nuestros consejos sobre la sodomía, esta práctica que con frecuencia los hombres aprecian.
Origen del término sodomía
No confundas a los somoditas (habitantes del pueblo de Sodoma) con los sodomitas (adeptos a la penetración anal). Según la Biblia, los primeros vieron su pueblo destruido por Dios, quien juzgó sus perversas costumbres. En aquella época, se les reprochaba su gran apetito sexual y no su inclinación por la sodomía como se define hoy en día.
Práctica tabú
En la Roma antigua, sodomizar a un esclavo era una señal de poder de su dueño. En muchos países, hasta el final del siglo XVIII, la práctica de la sodomía conducía directamente a la hoguera, cárcel o incluso a las galeras. La Iglesia condenaba a los libertinos de moral ligera aunque el acto se realizara entre adultos que consentían la práctica. En 1791 la sodomía desapareció completamente del código penal revolucionario. En 13 estados de Estados Unidos se tuvo que esperar hasta el 2003 para la abolición de esta ley.
¿Por qué les gusta a los hombres?
Uno de cada tres hombres practica la sodomía regularmente. Si aceptas practicarlo, tu pareja puede dar rienda suelta a su fantasma de dominación. Desde un punto de vista físico, el coito anal es un momento de puro placer masculino. El esfínter anal es más estrecho que la vagina, por lo que el pene se comprime más y el placer es más intenso para él.
Lo que piensan las mujeres
El número de mujeres que aceptan practicar la sodomía y disfrutan de la práctica no es muy elevado. El 25% de las mujeres reconocen haberse aventurado alguna vez. Sólo el 10% ha disfrutado de la experiencia. Algunas mujeres rechazan la opción por miedo a que duela o simplemente porque la percepción de esta posición les parece degradante. Con una pareja atenta, todas estas reticencias desaparecerán.
Precauciones
El ano es una zona sensible y también puede ser fuente de placer para las mujeres. Sin embargo, para llegar a esta fase de éxtasis, es necesario empezar por una buena lubricación. A diferencia de la vagina, el ano no se lubrifica de forma natural.
Queda prohibido el uso de la vaselina, que es un lubricante graso. Opta por las basadas en agua o silicona. La intromisión se debe hacer con suavidad. Pide a tu pareja que comience por acariciar el ano para que te relajes. Introducir un dedo antes de la penetración del pene también contribuye a la relajación del esfínter anal. De esta manera, el movimiento de ida y venida será más fácil.
Posiciones
La sodomía se puede practicar en varias posiciones, lo que varía el placer. La posición del galgo se lleva la mayoría de los votos. En esta posición, se puede estimular el clítoris para aumentar el placer. ¡Esta asociación te sorprenderá! Para que sea más cómodo, puedes tumbarte boca abajo. Finalmente, para aquellas que quieran empezar suavemente, se puede tomar la posición de cuchara (de costado) para múltiples sensaciones. Si eres de las que prefieren ver a su pareja durante la penetración, siéntate.
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Riesgos médicos y de infección
Nunca se repite demasiado: prohibida la penetración brutal. Esto puede provocar pequeños cortes o hemorragias.
No dudes en avisar a tu pareja si sientes alguna molestia. Existe riesgo de transmisión de enfermedades de transmisión sexual. Es imprescindible recurrir al preservativo, ya que la mucosa rectar es particularmente frágil y porosa. Por último, evita pasar de una penetración anal a una vaginal. Los gérmenes del recto podrían provocar una infección vaginal. Un consejo: dadle el privilegio del espectáculo a un lavabo o cambiad de preservativo
