Desde que en 2011 se publicara la última edición, ha hecho falta una sexta revisión para que se eliminaran algunas acepciones poco ortodoxas en las definiciones de algunas de sus palabras. Es es el caso del término "feminismo" en cuya sexta acepción aparecían los adjetivos de "débil" y "endeble", mientras que la tercera acepción del término "masculino", se definía como "varonil" o "enérgico".
Una cambio por el que muchas asociaciones feministas llevaban muchos años luchando, como es el caso de la Federación de Mujeres Progresistas cuya presidenta, Yolanda Besteiro, afirmaba al diario Público: "El papel de la lengua es esencial en la igualdad entre hombres y mujeres e imprescindible para romper roles y estereotipos sexistas". Quien además afirma, que una institución como la RAE debería ser más "vanguardista" y "marcar tendencia" ya que "no hacerlo perpetúa las desigualdades y afecta a los derechos humanos". Sin duda, una muy buena noticia pero tristemente, todavía queda mucho por hacer porque todavía han quedado en el tintero otros cambios reclamados por estas asociaciones feministas que todavía no se han llevado a cabo, como es el caso de inclusión de la palabra "feminizar", ya que por el contrario, sí existe el verbo "masculinizar", cuyo significado reza: 1. Dar presencia o carácter masculinos a algo o a alguien y 2. Adquirir caracteres masculinos".
Pero además, Ángeles Álvarez, miembro de la Comisión de Igualdad del Congreso y diputada del PSOE, ha recordado la importancia de fomentar el lenguaje no sexista, algo incluido en la Ley Integral contra Violencia de Género existente. Aunque según explica el periódico, la política celebraba que la RAE "empiece a ser sensible a lo que ya está normalizado en la calle". "Los académicos están tomando consciencia no sólo de que el lenguaje asienta la ideología, sino que también la construye, así que bienvenido el cambio, aunque sea tarde".
LETTER
Por otro lado, otro de los términos que también ha sido revisado es la palabra "maricón" que antes se definía como "sodomita" y "hombre afeminado", y que ahora acoge la acepción de "insulto grosero". Como vemos, poco a poco se van consiguiendo ganar pequeñas batallas pero aún queda mucho por hacer en la lucha por la igualdad de géneros en todos los ámbitos de la vida.