Un año más, coincidiendo con la celebración del Día Internacional de la Niña, la ONG Plan Internacional ha publica un informe dentro del marco del trabajo que la organización desarrolla desde 2007 en defensa de los derechos de las niñas a través de su movimiento global, Por Ser Niña. Y es que son muchos los movimientos, estudios y personajes públicos que apuestan por este tipo de iniciativas para dar voz a aquellas personas que son más débiles en la sociedad, y en este caso, más aún si cabe al hablar de niñas inocentes.
El reciente informe revela cómo millones de niñas son invisibles para los gobiernos y cómo gran parte de los datos de sus vidas, que son relevantes, no existen o no están completos. Una parte importante de estos informes anuales es precisamente El Estado de las Niñas en el mundo. Desde 2007 a 2015 se han analizado una serie de temas relacionados con las niñas como: educación, emergencias, la vida en las grandes ciudades, la tecnología, igualdad de género... y los resultados son cuanto menos sorprendentes.
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"Actualmente en muchos países podemos saber cuántas niñas asisten a la escuela, pero no cuántas la abandonan por matrimonio temprano forzado, embarazo, violencia sexual, el precio de la matricula o la falta de oportunidades de empleo... ¿Cómo podemos esperar incrementar el acceso de todas las niñas a la educación o garantizar la equidad de género como establecen los ODS si no damos seguimiento a algunos de los factores más importantes que limitan sus oportunidad?", explica Concha López, directora de Plan Internacional en España.
La información sesgada e incorrecta es precisamente lo que se quiere hacer visible en este último estudio y dar un mayor protagonismo por ejemplo a madres adolescentes o niñas menores de 15 años, ya que en la mayoría de las fuentes oficiales recogen datos de entre los 15 y los 49 años de edad. Este último informe pretende también hacer hincapié en que los datos que se recojan mantengan siempre la privacidad de las niñas.
La lucha constante de esta organización por el bienestar de las pequeñas hizo que se marcara un hito en su historia consiguiendo elevar la edad legal para casarse en los matrimonios infantiles que se realizan en Guatemala. Año tras año se van consiguiendo nuevos objetivos pero lo importante para estas niñas es no perder la atención de aquellos que realmente pueden hacer algo para que sus vidas cambien definitivamente, y conseguir así una mejor calidad de vida.
En otras ediciones del Día de la Niña: la educación
Este será el quinto año que el Parlamento Español acoja de nuevo este evento con la finalidad de dar visibilidad las niñas apoyando los objetivos de la ONG Plan Internacional para conseguir el acceso a una educación secundaria gratuita y de calidad, eliminar cualquier forma de violencia contra las niñas y promover su participación en los centros de decisión política. En la pasada edición estos fueron algunos de los testimonios de las participantes:
Amelia Santa Cruz, una niña de 14 años que vive en Jalapa (Guatemala), fue la encargada de representar en un discurso realizado en 2015, no solo a sus compañeras, sino a todas aquellas niñas que, como dice ella "no pueden alzar su voz". Amelia es la mayor de siete hermanos. Su padre, cuenta, siempre le ha animado a estudiar a pesar de las dificultades económicas que conlleva mantener a una familia numerosa sin contar con la presencia de una madre. Fue él mismo quien insistió en que Amelia se uniese al proyecto de Plan Internacional. "Queremos ocupar el lugar que merecemos: ser niñas. En la comunidad en la que yo vivo son frecuentes los casos de niñas a las que se les violan sus derechos, pero lo más triste de todo es que muchas de esas niñas ni siquiera saben que tienen derechos", explicaba la joven, quien también quiso dejar claro un mensaje: "Si somos niñas empoderadas el día de hoy, seremos mujeres triunfadoras el día de mañana. Las niñas tenemos derecho a ser valoradas, a recibir una educación, a tener voz y voto, a tener una vida en la que se nos garantice la no discriminación. Pero para ello debemos liberar primero el poder de las niñas".
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Elma Akter tiene 17 años y vive en Bangladesh. Es estudiante de Ingeniería Ambiental y miembro del Comité Infantil y Juvenil de su país. Ella defendió la importancia que tiene el registro de nacimientos en Bangladesh "para acabar con el matrimonio infantil forzado, el tráfico de niños y niñas y el trabajo infantil". Un registro que nunca está a la orden del día.
Sohila Mostafa Sayed es una joven egipcia de 15 años y, al igual que sus compañeras, denunció públicamente lo que ocurre en su país: “Miles de niñas egipcias, como mi mejor amiga Naya, siguen sufriendo mutilación genital femenina, con los problemas físicos y los traumas psicológicos de por vida que conlleva. Cuando me entero de que van a mutilar a una niña de mi comunidad, hablo con ella y con mi madre para que informemos a la familia y evitemos que lleven a cabo esta práctica. Todavía queda mucho por hacer para erradicar la ablación y otras prácticas que violan los derechos de las niñas".
Datos que nos preocupan
- 62 millones de niñas en edad escolar no van al colegio.
- El 90% de los países del mundo tienen al menos una ley que restringe la igualdad económica de las mujeres.
- Se estima que el 98% de las 4,5 millones de víctimas de explotación sexual y 55% de trabajadores forzados son mujeres y niñas.
- A nivel mundial, el 30% de las niñas entre 15 y 19 años han experimentado violencia de pareja.
- Al menos 140 millones de niñas y mujeres han sufrido la mutilación femenina.
Cómo nace el Día Internacional de la Niña
En 2012, Naciones Unidas proclamó el 11 de octubre como el Día Internacional de la Niña que fue logrado gracias al trabajo y el esfuerzo que Plan Internacional dedicó en su campaña Por Ser Niña. Desde 2007, esta campaña tiene como objetivo acabar con la discriminación de género que afecta a millones de niñas en todo el mundo, a través de la educación y la comunicación de sus derechos. Pero conseguir este reconocimiento tan solo ha sido el principio. Con la celebración de este día se pretende llamar la atención a los gobiernos e instituciones para seguir trabajando y liderando los asuntos relacionados con la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres y niñas.
La educación como solución
Un solo año extra de educación secundaria de una niña puede aumentar entre un 10 y un 20% sus ingresos cuando sea mujer. Estos ingresos serán, en un 90%, invertidos en su familia y en su comunidad. Pero además, por cada año extra de educación de una madre se reduce la mortalidad infantil de sus hijos entre un 5 y un 10%, según recoge Plan International en su informe “Por Ser Niña: Las niñas en la economía global”.
A pesar de haberse logrado grandes avances en materia de género en los últimos 15 años, niñas y mujeres siguen siendo el sector de la población que más sufre la pobreza, la injusticia, la violencia y la discriminación, muchas veces incluso en el marco legal.
Invertir en la educación de las niñas no solo es una cuestión de derecho, sino que es lo más inteligente que los gobiernos pueden hacer. Generarán una fuerza laboral mayor, más preparada y cualificada, aumentarán el producto interior bruto de sus países y lograrán que las nuevas generaciones sean más sanas y tengan una mayor esperanza de vida.
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