La vacunación se considera uno de los mayores descubrimientos de la medicina y el mayor avance en salud pública, dado que gracias a la inmunización hemos sido capaces de mantener bajo control y erradicar un buen número de enfermedades. Aunque la vacunación no es obligatoria para nadie, sí se considera un acto de responsabilidad y de solidaridad para con el resto de la población.
Los niños son una de las poblaciones de riesgo, junto con los ancianos, dado que su sistema inmunitario no está del todo formado en la infancia, por lo que han de protegerse frente a microorganismos que podrían complicar su salud e, incluso, que podrían ser mortales. Si te parece poco, existen otras muchas razones por las que vacunar a tus hijos sin ninguna duda. ¿Preparada?
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Las vacunas salvan vidas
La vacunación salva entre 2 y 3 millones de vidas cada año, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Lamentablemente, no en todos los países las vacunas están financiadas o están a disposición de la población. La comunidad científica suele definir a las vacunas como el hallazgo más importante en salud pública desde la potabilización del agua.
Son seguras
A pesar de algunas falsas creencias que circulan en torno a las vacunas, su efectividad y seguridad han sido sobradamente comprobadas. Uno de los mitos más comunes es el de que la vacuna de la triple vírica es la responsable del Trastorno del Espectro Autista. Nada más lejos de la realidad.
En el año 1998, la revista científica The Lancet publicó una investigación que relacionaba la administración de vacuna triple vírica con la aparición del autismo. No obstante, años después se demostró que el autor del estudio falseó los resultados para ganar prestigio. Actualmente existen diversas investigaciones que han rechazado esta falsa hipótesis. De hecho, la propia The Lancet se retractó de dicho artículo.
Previenen enfermedades
Las vacunas son capaces de prevenir enfermedades potencialmente mortales, como la malaria, la difteria, la hepatitis... y otras que, aunque no lo son, tienen un tratamiento difícil, y unos síntomas molestos, como el sarampión o la varicela. Aunque se pueden tratar, sí que pueden traer complicaciones en el futuro. Por ejemplo, la vacuna contra el Virus del Papiloma Humano (VPH) se administra todavía en la infancia, en torno a los 13 años, antes de empezar a mantener relaciones sexuales, para proteger de un posible cáncer de cuello de útero en la vida adulta.
Contribuyen a la inmunidad de grupo
Vacunar a tus hijos permite que se extienda en la población una protección global ante un buen número de enfermedades. La consecuencia de la vacunación es que menos niños contraen determinada enfermedad y, por tanto, menos niños se contagian. Todos debemos poner nuestro granito de arena para mantener la inmunidad de grupo. ¡Vacunar es un acto solidario y una responsabilidad de todos!
Ayudarás a erradicar enfermedades
Desde los inicios de la vacunación, muchas enfermedades ya han sido erradicadas por completo; una de ellas, la viruela. Las vacunas logran hacer desaparecer por completo enfermedades muy peligrosas. Los expertos ya hablan de que, si seguimos vacunando a los niños, conseguiremos erradicar el sarampión y la varicela en un plazo de 5 años.
Son un derecho del niño
En España, las vacunas se encuentran financiadas por la Seguridad Social y están incluidas en el calendario de vacunación. Como te hemos indicado anteriormente, la vacunación no es obligatoria, pero sí es un derecho de todos los niños, así que se convierte en una obligación moral para todos los padres.
¡Vacúnate tú también!
La vacunación no sólo se reduce a la infancia, sino que debe seguirse durante toda la vida. La tendencia de los profesionales de la salud es tratar de diseñar un calendario de vacunación vitalicio. El motivo es que muchas enfermedades necesitan una dosis de recuerdo para mantener su efectividad. Además, llegada a la edad anciana, la población es más sensible de padecer complicaciones por culpa de la infección por microorganismos, como el virus de la gripe. ¡Una infección que se puede evitar con una simple vacuna a tiempo! Pero, si esto no es suficiente para convencerte, ¡hazlo por él! Los adultos que están en contacto con niños pequeños y que no están inmunizados pueden contagiarles cualquier enfermedad, que podría poner en riesgo su salud.
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